viernes, 26 de diciembre de 2008

Moonlight Sonata

Una hoja en blanco. Y la música de Beethoven para musicalizar el momento. Hagámosle el amor a las letras, dijo una persona. ¿Cómo haríamos eso? Bueno, creo que es muy simple. Simplemente dejándote llevar por la libido extraordinaria que es el posar la sensible yema de los dedos en las calurosas teclas. Ellas me entienden. En ellas confío. Esta sonata del genio del cabello alborotado es realmente muy triste. Entre él y Vivaldi, no sé a cual elegiría. Los dos me transportan en un sueño insustancial que no pretende dejarme en paz. Los acordes, las tonalidades. ¿Cuándo fue el momento exacto que dejé de sentirte verdaderamente? Oh cielos, esta parte. Realmente el corazón siente todas esas sensaciones que emanan de allí. Como solamente este tipo de música puede hacerlo. Se acerca el final. Paz.

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